Inmortal figura de nuestro cantar andino sigue viva
Hace 41 años pasó a la inmortalidad el conocido trovador de la canción Huanca, Picaflor de los Andes. Los huaynos, mulizas y yaravíes que cantaba Víctor Alberto Gil Mallma, siguen vigentes. Dueño de una prodigiosa voz que se identifico con todos nuestros pueblos de costa, sierra y selva, falleció en 1975. Su historia en el arte la inició desde los 17 años, dirigiendo una compañía musical con la que divulgaba el folclor en los asientos mineros del centro del país.
Su
voz dejo de vibrar, su corazón ya no latía al compas de sus vivencias, pero sus
recuerdos y canciones quedaron ligados en la inmortalidad de nuestra historia
musical. Todos los públicos aun lo recuerdan con su impecable canto, sus
admiradores siguen cantando aquellas canciones que lo hicieron muy popular, en
su meteórica carrera artística.
Era
el año 1958 cuando el todavía desconocido Víctor Alberto Gil Mallma, integrando
el conjunto Los Picaflores de San Mateo debutaba en el programa Buscando
Estrellas de Radio Excélsior de la Calle Amargura. Los éxitos logrados en sus
primeras presentaciones en diversos escenarios limeños lo llevaron a
calificarse en la Casa de la Cultura en el año 1960, donde nació oficialmente
como Picaflor de los Andes.
Recordamos
sus primeros temas grabados para una pequeña disquera, cuyo nombre nos rememora
a Lucy Smith. Con la Orquesta Típica Ritmo Alegre del Canipaco del recordado
músico Máximo Coronel lanzo al mercado discográfico los temas Margarita Huambla
y Aguas del Rio Rímac, esta última, emblemática canción que Víctor la
interpretaba con el sentimiento de alguien que vivió un momento triste en el
Valle de San Mateo.
Simultáneamente
a sus actividades en el arte vernacular, el artista seguía con sus labores en
el taller de soldadura y pintura en las primeras cuadras de la Avenida
Aviación. Sus seguidores ya disfrutaban de sus grandes producciones, entre
ellas Corazón Mañoso y otras que consiguieron rápidamente una notable
popularidad, con espectaculares ventas.
Las
inquietudes personales del llamado Genio del Huaytapallana lo llevaron a luchar
por la formación del Sindicato de Artistas Folclóricos, hecho que logro en
compañía de las grandes figuras pioneras de la canción andina.
La
importante carrera artística de Víctor Alberto Gil Mallma consiguió la grabación
de más de 200 canciones Huancas y de otras regiones. Sin temor a equivocarnos
todas calaron profundamente en los pueblos peruanos.
Hasta
pocos días antes de su sensible desaparición material en el año 1,975, el bardo
de nuestra cultura musical, mantenía todas sus facultades para incrementar el
lanzamiento de nuevas versiones para nuestro cancionero andino.
Es
tan intensa su producción como compositor e intérprete que hasta los actuales
tiempos muchos jóvenes valores, siguen cultivando expresiones como Corazón
Mañoso, Mi Chiquitín, Un Pasajero en tu Camino, Agua Rosada, Compañerita de
Amor, Mi Dueña, Mi Dulce Amor, Mi Dulce Amor, Golondrina entre otras páginas
musicales que han quedado en el alma de los pueblos y que conservan viva la
figura de nuestro amigo Picaflor de los Andes.
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