Especial Criollo

Festival del Caballo de Paso Peruano

Con un nutrido programa donde no faltarán música y danzas peruanas se desarrollará el “Festival de Caballo de Paso Peruano San Borja 2014”, a realizarse el sábado 30 de agosto, desde las 10 de la mañana, en el Polideportivo Torres de Limatambo (San Borja). Ingreso libre. El acontecimiento, organizado por radio San Borja, emisora que celebra su trigésimo primer aniversario, cuenta con los auspicios de prestigiosas entidades como D’paso, la Asociación Cultural del Caballo Peruano de Paso y la Municipalidad Distrital de San Borja; y ha motivado especial interés de la Asociación Cultural por los Cuatro Suyos (Asccusuy). Los organizadores informan que los asistentes disfrutarán de música a cargo de orquestas de diferentes géneros, exposición de la policía canina y un espectáculo para menores.  También se exhibirán y degustarán agradables potajes típicos del país para compartir una tarde inolvidable tarde familiar y de confraternidad.Para ello se ha convocado a especialistas en la preparación de comida peruana, informó Katherine Chocano Romero del comité organizador.

Lalo Izquierdo Estilo y Tradición en esperado encuentro

Lalo Izquierdo es uno de los más altos exponentes de las danzas afroperuanas. Otrora integrante de famosas agrupaciones como Perú Negro, Lalo es un estudioso de la cultura afroperuana y comparte su sabiduría con niños, jóvenes y adultos en centros de altos estudios (como la Escuela Nacional Superior de Folclor J M Arguedas) y –viajando frecuentemente los fines de semana- en pueblos como San Luis de Cañete. Es uno de los protagonistas de la premiada película “Sigo Siendo” y conforma con Roberto Castillo Lozano (guitarra) y Luis Ignacio Martínez Reyes (voz) el trío “Estilo y Tradición”, que ofrecerá el “Encuentro de Confraternidad Afroperuana”, el domingo 8 de junio, desde la 1 p.m., en el restaurante “Nuevo Apurimacc”, calle Enrique Villar 272, Urb. Santa Beatriz, entre las cuadras 11 y 12 de la Av. Arequipa. “En la actualidad ofrecemos también conciertos didácticos para todas las edades y deseamos hacer una gran gira por todo el Perú”, manifiestan los integrantes del grupo. Luis Ignacio Martínez es una calificada voz de la música costeña que acude a centros musicales y procede de Barrios Altos. Roberto Castillo obtuvo el segundo lugar en un concurso internacional de guitarra realizado en Sudáfrica y es conocido por haber trabajado con Abelardo Vásquez, Caitro Soto, Perú Negro, Lucila Campos, Adolfo Zelada, entre otros.



Esperan reunir a más de 7 mil personas  
BARRANCO VOLVERA A SER SEDE DEL II FESTIVAL DE CULTURA AFROPERUANA

En el marco de la celebraciones del 4 de Junio como el “Día de la Cultura Afroperuana”, Golpe Tierra busca rescatar las tradiciones y los aportes que la población afrodescendiente ha brindado a la formación de nuestra identidad y de nuestra cultura, buscando su revaloración y reivindicación en el Segundo Festival de la Cultura Afro-Peruana “Afrokando 2014”, que se realizará el sábado 07 de junio en el Parque Municipal de Barranco.

“A través de este Festival, buscamos ser escuchados y ayudar a lograr que la sociedad conozca los aportes afroperuanos en nuestra cultura a través de diferentes expresiones como el arte, la gastronomía, la literatura, el teatro, la danza y la música”, expresó Andrés Arévalo, productor general de Golpe Tierra, entidad que organiza el evento. El festival convocará a diversos artistas y destacados personajes, cultores y difusores como decimitas, poetas, músicos, pintores, bailarines, artistas plásticos y especialistas en la gastronomía.

No faltarán novedades en el festival, como la presentación del desfile de moda étnica afroperuana a cargo de la diseñadora peruana Delia Barriga, quién reunió a modelos afro descendientes para que estén en la pasarela luciendo atuendos que rescatan las raíces africanas. Asimismo, se tendrá dos espacios nuevos (a diferencia de la primera edición del festival): La estación del Luthier, donde el público podrá observar y apreciar la exposición y construcción del cajón peruano en vivo; asimismo, La estación del Pisco, donde podrán disfrutar de cocteles innovadores, como también la historia de nuestra bebida bandera.

El Segundo Festival de la Cultura Afroperuana se realizará el sábado 07 de junio desde las 11:00 am hasta las 10:00 de la noche. “Será una fiesta de cultura dedicada para toda la familia que podrá disfrutar de la música, la danza, el teatro, la gastronomía, la pintura la fotografía, el cajón, y el pisco”.

El festival cuenta con el apoyo de diferentes instituciones como el Ministerio de Cultura, PROMPERU, la peña Don Porfirio, la Municipalidad de Barranco y La Municipalidad de Lima.
Entre los atractivos que tendrá el Segundo Festival de la Cultura Afroperuano figuran:

La Escena Afroperuana (música, danza y teatro).-
Se realizarán los diversos espectáculos de música, canto y danza afroperuana, contará con la participación de propuestas musicales desde las más tradicionales hasta la más contemporáneas. Serán a través de las presentaciones estelares de Camdú, Marco Romero, Lourdes Carhuas, Milagros Guerrero, La Renken, Cofradías Negras, Fiesta Negra, Cotito y la voz del Cajón, entre otros.

El Boulevard del arte afroperuano:
Contará diferentes exposiciones de fotografía y pintura de expresiones sociales y culturales de los afros descendientes a través del tiempo a cargo de los artistas José Palomino, Sergio Gonzales, Gonzalo Almeida, y Paúl Colino.

El Pasaje de los aromas.-
Se podrá apreciar y degustar de platos que hoy en día llamamos criollos, pero que muchos de ellos cuentan con influencia afroperuana.

La Estación del Luthier.-
Estará a cargo del reconocido Luthier Pedro Rodríguez quien es uno de los más importantes fabricantes de percusión afroperuana. La marca PR estará en esta estación realizando la exposición y construcción del cajón peruano en vivo.




Gracias a Felipe Monsante publicamos el siguiente mensaje:

EL NACIMIENTO DEL VALS PERUANO

Cada persona quiere que su barrio sea el origen del vals peruano. Lo disputan los barrios piuranos, los barrios limeños y también los chalacos. Algunos comentan de manera equivocada que el vals criollo se originó en Monserrate y otros dicen que en Barrios Altos y se ignora que el vals criollo -o lo que se transformaba en vals peruano- fue un proceso largo de adopción de un estilo propio o de pura cepa peruana. Los más severos afirman que el Callejón de San Francisco en el Callao fue la cuna de adopción del vals popular europeo o vals criollo europeo para convertirlo en vals peruano. 

Según los historiadores entre los que destaca Juan José Vega ese vals europeo era de ritmo apurado. Era bailado en salones y fiestas públicas por los llamados "waltzers" que eran hombres y mujeres con resistencia extraordinaria. Así llegó al Perú y en el proceso de hacerlo nuestro aquel vals de saltos y traslados laterales se aletargó, se hizo lento sin llegar a ser una balada como el vals de nuestros tiempos.

A lo largo del tiempo inicial ese vals lo interpretaba las bandas militares en las retretas en las plazuelas de Lima, Callao, Miraflores y Barranco, principalmente, y a cada época le correspondía una variante. Hasta que llegó la guitarra se adueña de la melodía y lo hace más parecido a los valses populares o criollos europeos. Los versos eran tomados de aires españoles que prevalecían en esos tiempos y se le daba un tono de un vals rústico. Pero las retretas mañaneras y dominicales de las bandas militares y luego las vespertinas -con la llegada de la electricidad- difundía las melodías que se tarareaba en las esquinas, con ello quiero decir que difundieron lo que ya había sido arreglado. 

Es imposible dar un “lugar de nacimiento” a una expresión cultural de una extensión costera que es más grande que un barrio. La generación de las expresiones culturales las hacen los pueblos. Lo que un pueblo hace lo lleva a otro lugar donde encuentra nuevos desarrollos; allí deja los suyos y retorna con los de los otros. Una amalgama artística que se efectúa solamente con los intercambios humanos y que finalmente acrisola sus sentimientos y vivencias.

Según Juan José Vega, el vals como expresión peruana del criollismo nació después de los eventos europeos en 1815. Dijo el historiador:

«Al Perú el vals había llegado antes de aquel 
evento mundial; y de todos modos vino con los
oficiales del último batallón español de refuerzo
contra la Independencia, el de los famosos
"Talaveras", al mando del General Rafael Maroto,
en 1814. En cualquier forma, el vals ya consta en
la Descripción de Arequipa de 1816, que estudió
Enrique Carrión.

No conocemos la fecha en que ese antiguo vals 
lento empezó a difundirse en Lima, pero debió ser
por la misma época, que dicho sea de paso era la
de las sangrientas guerras separatistas americanas.
Fue ya un baile generalizado en la alta sociedad,
pues en 1823 se ofrecía en el propio Palacio de
Gobierno, según anotaría Robert Proctor, señalando
sin embargo que "el compás es de vals lento" y que
"las figuras son mucho más variadas y complicadas". 
Constituía algo distinto.»




OSCAR AVILES MURIO ESTA MAÑANA  A LOS 90 AÑOS

La primera guitarra del Perú, Óscar Avilés, murió a las 9:15 a.m. aproximadamente, luego de permanecer durante casi tres meses internado en el hospital Edgardo Rebagliati, víctima de un mal cardíaco. 

Ramón, hijo del exitoso artista nacional, explicó que su progenitor sufrió esta madrugada una recaída, por lo que tuvo que ser transferido a la Unidad de Cuidados Intensivos de dicho nosocomio. "Se le bajó la presión, lo llevaron a USI, nos dijeron que su situación era irreversible. Murió hace quince minutos", precisó Ramón.

El guitarrista nacional fue operado del corazón el pasado 3 de enero y algunas semanas después fue atacado por una bacteria en el aparato respiratorio.


BREVE RESEÑA DE SU VIDA 
Hablar de Óscar Avilés es hablar de la historia de nuestra música. Como decían sus amigos: “Su vida es la vida del criollismo resumida en una única biografía”.  Su historia nos remonta a marzo de 1924. Al Callao, para ser más precisos. En una ironía del destino: el hombre que le enseñó a tocar guitarra a más de una generación nació a unas cuadras de la “Plazuela de los Burros”, en el centro histórico chalaco.
Su familia, que no ostentaba comodidades, tenía como mayor bien sus muchos talentos. Su padre, aunque trabajaba como fotógrafo, tocaba con destreza cinco instrumentos y, como sabía lo dura que podía ser la vida con aquellos que optaban por la música como profesión, intentó prevenir al pequeño Óscar, que ya mostraba cierto interés por el arte.
Cuando se le preguntaba a Avilés en qué año cambió todo para, él recordaba su adolescencia. Su padre lo escuchó ensayando a escondidas con su guitarra y, al comprobar lo bueno que era, lo invitó a no dejar atrás su ilusión. Un encuentro ocurrido poco tiempo después le daría un giro a esta historia y convencería a Óscar a continuar con su determinación de convertirse en músico.
Andrés Segovia, la leyenda española de la guitarra clásica, había llegado a Lima y el padre de Avilés le había hecho unas fotos bajando del avión y entrando a su hotel. Entonces, le encargó a su hijo que se las lleve personalmente y allí, en la habitación 303, Óscar, de 13 años de edad, se lo dijo: “Quiero ser guitarrista profesional”.

EL CAMINO DE LA LEYENDA
Óscar Avilés, que ya había recibido clases en el conservatorio de música y tenía como maestros a Juan Brito e Isidoro Purizaga, cumpliría con el anhelo que le confesó a Segovia a los 15 años de edad: se convirtió en músico de tiempo completo al integrarse como cajonero al dueto "La Limeñita y Ascoy”.
En 1943, cuando ya había pasado esta etapa y se encargaba de la música en Radio Mundial con el trío Avilés-Núñez-Arteaga, Óscar fue bautizado como “la primera guitarra del Perú” por el periodista Roberto Nieves del diario “La Noche”, el mismo que organizaba un concurso para encontrar al mejor grupo musical de las emisoras de entonces. Avilés no pasaba de los 18 años, pero la vida le guardaba más sorpresas.
En el 46 se uniría a Los Trovadores del Perú, junto con Miguel Paz, Oswaldo Campos y Panchito Jiménez. Luego formaría parte del trío Los Morochucos, quienes redefinieron el vals criollo, llevándolo del ámbito cantinero a los grandes salones de la Lima de entonces.
La influencia de Avilés se hizo sentir fuertemente gracias a su peculiar manera de tocar la guitarra, que no solo fungió de acompañante a la voz principal, sino de sólido y legítimo interlocutor de los cantantes, además de crear patrones musicales que funcionaban como prólogo y epílogo a las canciones que se interpretaban.

EL LEGADO
Con Los Morochucos estuvo desde  1947 hasta 1952, año en el que fundó la primera Escuela de Guitarra de estilo criollo, la cual mantuvo sus puertas abiertas hasta 1967.
En los años sesenta y setenta dos duetos marcarían su trayectoria musical: El primero, al lado de Chabuca Granda, con quien grabó las canciones más famosas que escribiera la dama del criollismo. El segundo, con el recordado 'Zambo' Cavero, quien grabaría con Avilés sus discos definitivos.
No sería de extrañar, entonces, que en 1987 la Organización de Estados Americanos (OEA) lo distinguiera – junto a Jesús Vásquez, Arturo "Zambo" Cavero, Luis Abanto Morales y Augusto Polo Campos- con el título de "Patrimonio Artístico de América". Ese mismo año, el Ministerio de Educación le otorgaría las "Palmas Magisteriales”.
Y es que, a diferencia de otros grandes nombres de nuestra música, a Avilés no le faltaron las distinciones en vida: no solo tuvo el reconocimiento del público, quienes siempre lo mantuvieron en la popularidad, sino que también pudo presumir el ser uno de los pocos músicos que ha acudido a la inauguración de una calle con su nombre. Y es que en 1995, el Municipio del Callao decidió bautizar como Óscar Avilés a la calle Zepita, en cuyo número 653 creció y vivió.

EL FINAL
A los 87 años de edad, el maestro Avilés empezó a sufrir los primeros golpes en su salud. En marzo del 2011 perdió el equilibrio al bajar de unas escaleras y debió someterse a una operación en el brazo. Luego vendrían una seguidilla de problemas que vendrían siendo reportados en los medios: fue internado de emergencia en la Clínica Ricardo Palma debido a que se le bajó la presión, fue trasladado al hospital Edgardo Rebagliati donde los médicos descubrieron que presenta problemas renales y un cuadro de deshidratación y, en el 2014, regresó al nosocomio esta vez por un mal cardíaco que fue fulminante.
“Me falta todavía mucho por hacer”, solía decir el incansable Avilés en sus entrevistas. Y, nosotros estamos convencidos de que, con su legado, esta historia no se acaba.