Honores
a de la Virgen de la Candelaria y a la
Pachamama
Como todos los
años en la legendaria ciudad de Puno se realizan hermosas actividades en honor
a la Virgen de la Candelaria. Una festividad que se realiza durante 18 días,
convirtiendo a dicha ciudad, en la capital Folklórica de las Américas.
El festival
presenta a más de 400 grupos de músicos y bailarines, para celebrar la fiesta
de Mamacha Candelaria. Un acontecimiento que en los primeros nueve días, los
mayordomos son encargados de organizar la festividad, decoran la iglesia preparan
la Misa, la procesión, el banquete y los
fuegos artificiales.
La fecha principal
es el 2 de Febrero, y ese día la virgen es conducida por la ciudad, en una
colorida procesión, acompañada por sacerdotes, monaguillos y la feligresía.
Este es el momento cuando los grupos de músicos y bailarines hacen su
aparición, bailando y tocando a través de la ciudad.
El festival
está ligado a los ciclos agrícolas pre-hispánicos de la siembra y la cosecha, así
como a las actividades mineras en la región. Es el resultado de una mezcla
entre la alegría respetuosa del aimara y la seriedad ancestral del Quechua.
El baile de
los demonios o diablada es la principal danza de la festividad, una bella manifestación
que según algunos relatos, fue creada por un grupo de mineros atrapados en una
mina. Estos ofrecieron sus almas a la
Virgen de la Candelaria. Los bailarines, soplando zampoña o flautas de pan, y
vestidos con disfraces espectaculares y máscaras extrañas, hacen sus ofrendas a
la diosa de la tierra Pachamama.
Las máscaras
más impresionantes, por su aspecto espantoso, son la del venado con cuernos
largos y torcidos semejantes al Diablo, y la de Jacancho, el dios de los
minerales. Durante la despedida, o cacharpari, los bailarines que llenan las
calles finalmente se dirigen al cementerio para rendir homenaje a los muertos.
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