Su
imagen acompaña a los arequipeños en toda su historia
Una de las
fiestas más antiguas de la región Arequipa sin duda alguna es la que se dedica
a la veneración de la Virgen de la Candelaria. Se celebra en ciudad blanca desde 2 de febrero y
finaliza el día 12 del mismo mes. Esta fiesta se viene realizando desde 1571 y
las principales ceremonias son en la iglesia donde permanece durante el año.
A pesar de los años de antigüedad, la festividad
sigue convocando a un gran número de fieles de todas comunidades
arequipeñas. Se inicia con la entrada de Ccapo desde Acequia Alta hasta la
Plaza de Cayma por la noche se realizan
las vísperas, con los faroles y fuegos artificiales que iluminan bellamente la
plaza principal, para seguir con el llamado Convite, donde se invita a todas
personas que están en la fiesta el primer día de Febrero.
El día 2 de Febrero, se celebran Misas desde
tempranas horas del día y a las 2 de la tarde se tiene la primera procesión que
normalmente recorre la parte baja del Distrito. El domingo siguiente, 7 días
después del Febrero es el Día Central, con una segunda fecha de
Vísperas el Sábado. Donde nuevamente la Imagen de la Candelaria sale en
procesión, ésta vez por la parte alta del distrito llegando al Hospital de la
Policía. Finalmente un domingo después se tiene la Octava en que la imagen
realiza su último recorrido procesional por el perímetro de la Plaza.
En los últimos años los promotores de la festividad,
son los miembros de la Asociación de residentes de Puno en Arequipa, considerados
el primer grupo de emigrantes que habita en la región. Por esta razón una de
las principales danzas que desfilan por las calles, es la diablada encabezada
por un diablo rojo. No faltan las bellas
manifestaciones puneñas, entre otras la morenada, las sayas, representadas por coloridas delegaciones de
hombres, mujeres y niños, en veneración a su santa protectora.
La Virgen de Cayma tiene una talla de tamaño
regular y su existencia remonta a los
orígenes de la blanca ciudad y su legendaria historia se transmite generación a
generación. La imagen de la Virgen sostiene al Niño Jesús, con su respectiva
candela y canasto, infaltables en las imágenes de esta advocación mariana, muy
difundida bajo diversos nombres en el sur andino.
La imagen de la Virgen Candelaria ha acompañado a
las familias arequipeñas en muchas ocasiones. Comenzando por la violenta erupción del Huaynaputina en el año
1600, epidemias y terremotos sucedidos en todos los años de vida de las
poblaciones mistianas. Hechos que han quedado inmortalizados en los numerosos
cuadros que relatan los favores de esta Virgen y que se conservan al interior
del templo de San Miguel Arcángel
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