La veneración a la imagen del Señor de Burgos es muy antigua y tiene su
origen en la ciudad española de Burgos, en los años de la llamada edad media.
En dicha ciudad es donde se conserva la imagen de Cristo Crucificado,
recubierta de piel de búfalo y como característica muy especial, dos huevos de
avestruz que cuelgan de sus pies. Esta
devoción fue traída al nuestro país, donde existen tres imágenes. Una de ellas en el templo de San Agustín de Lima, otra en la catedral
de la ciudad de Huánuco y la tercera en la ciudad de Chachapoyas.
Esta vez hablemos de la bella imagen que se venera en la ciudad de
Chachapoyas, lugar donde nació la devoción al Señor de Burgos en el siglo
XVIII, según se comprueba en los
archivos de la región. En sus inicios dicha imagen se encontraba en una pequeña
capilla y luego los integrantes de la sociedad San Juan de la Frontera y los
pobladores construyeron un hermoso templo en
su honor.
Con el paso de los años la devoción se incremento, hecho que se nota en el
apoyo por parte de la población en el embellecimiento del templo y los
retablos, la custodia de oro y piedras preciosas y otras obras además de las
replicas de la imagen del Señor de Burgos en la mayoría de hogares
chachapoyanos. La tradición de estas celebraciones se mantiene vigente por
intermedio de la Hermandad del Santísimo Sacramento del Señor de Burgos,
integrado por más de 24 hermanos en la fe.
Las familias de Chachapoyas siguen viviendo esta antiquísima tradición con
actividades que mesclan nuestras costumbres ancestrales y las ceremonias en
homenaje a la imagen del Señor de Burgos, entre los días 18 y 31 de Octubre.
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